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Boy, cine maori – Critica, Sinopsis, Trailer, Ficha Tecnica

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Quien me conoce sabe de mi debilidad hacia el 7º arte. Debido a esta pasión acabé escribiendo mis primeras críticas para luego acabar involucrándome por completo en la web Tomacine. Lamentablemente, la creación de Comoserunkiwi junto a la falta de tiempo han hecho dejar de lado mi colaboración con ellos. Sin embargo, siempre dije que sería un hasta pronto y aunque a cuentagotas, se intentará mantener húmedas mis raíces para que crezcan sanas y fuertes.

FICHA TÉCNICA

Director y guionista: Taika WaititiProductor: Cliff Curtis, Ainsley Gardener, Emanuel Michael
Reparto: James Rolleston, Taika Waititi, Te Aho Aho Eketone-Whitu, Cohen Holloway, Pana Hema Taylor
Música: The Phoenix Foundation
Edición: Chris Plummer
Distribuidora: Transmission
Fecha de Estreno (Nz): 25 de Marzo de 2010
Duración: 88 minutos
País: Nueva Zelanda
Idioma: Inglés

Cartel Oficial de Boy

Sinopsis

Es 1984, y Michael Jackson es el rey, incluso en Waihau Bay, Nueva Zelanda. Aquí conoceremos a Boy, un niño de 11 años de edad que vive en una granja con sus primos, una cabra, y su hermano menor, Rocky (que cree que tiene poderes mágicos).

Poco después, el padre del muchacho, Alameinn, aparece de la nada. Después de haber imaginado una versión heroica de su padre durante su ausencia, Boy se encuentra cara a cara con la versión real de un hombre incompetente que ha vuelto a encontrar un tesoro que enterró años atras.

Trailer

Crítica

Nueva Zelanda se ha hecho famosa mundialmente en el mundo del cine gracias a ser el escenario de la (reciente) trilogía por excelencia: El señor de los anillos (también se han apuntado en Las crónicas de Narnia). Cine se hace mucho pero a nivel mundial no ha sabido despegar. Tenemos casos como la soberbia, a la par que crudísima, El piano (su historia transcurre en un lugar recóndito de la Nueva Zelanda del siglo XIX) aunque fue una coproducción con Francia y Australia con actores internacionales.

Bien, si conocemos poco acerca de la filmografía de esta hermosa isla, menos aún del cine maorí (salvo contadas excepciones). Probablemente todo cambie a raíz de Boy, al menos para el público indie; una cinta humilde sin excesivas pretensiones que ha sabido calar hondo en crítica y público.

Fotograma Two cars, one night

Todo comenzó con Two cars, one night (Dos coches, una noche) que en el año 2003 fue nominado como mejor cortometraje en la ceremonia de los Oscars. El director (también pintor, cómico y actor) Taika Waititi, creó una historia de amor contada desde un prisma infantil. Partiendo de esa base, exponenciándola hasta el punto de relegarla a una subtrama, Boy encara sus 88 minutos de duración a través de una comedia sutil pero efectiva. De todos modos y, al mismo tiempo, el espectador siempre estará dubitativo no sabiendo si la historia dará un giro de 360º hacia el dramatismo. En el cortometraje, de forma intencionada, se ha buscado todavía más esta confrontación de ideas. Algunos lo encontrarán una losa, a mi parecer un pequeño acierto.

Fotograma de la película Boy

Sus tres protagonistas principales cumplen con sus respectivos papeles, en el que cabe destacar sobre todos ellos al joven James Rolleston (el cual interpreta a Boy). Tiene desparpajo ante la cámara y consigue que el público simpatice con su personaje gracias a su espontaneidad. En cierto modo, me recuerda a aquel joven Juan José Ballesta en su personaje de El bola, aunque poco o nada tiene que ver la realidad que viven sus protagonistas.

El caso de Te Aho Aho Eketone-Whitu es bien diferente. Él interpreta a Rocky, el hermano pequeño de Boy (papeles cambiados respecto al cortometraje). A mi modo de ver su caracterización no ha sido la correcta. Es verdad que se ha buscado en la historia la conexión entre dos hermanos con un carácter diferenciado pero los extremos no siempre funcionan como debieran. Su personaje es introvertido, falto de espíritu y en ocasiones hace perder el interés sobre su historia. Irremediablemente me viene a la mente el sosísimo personaje del benjamín de la familia Serrano, Curro. Una auténtica pena porque la mezcla realidad-ficción que se ofrece en el largometraje cuando observamos sus poderes mágicos otorgan una gran frescura a la cinta. Pasamos de personas de carne y hueso a dibujos sobre papel con un toque infantil aunque cargado de movimientos poéticos. El director, al que pasamos a hablar a continuación, debería haber explotado más esta idea.

El director de cine Taika Waititi

Detrás de las cámaras el señor Taika Waititi. Delante de ellas también. Él se encarga de dar vida a Alameinn, el padre de Boy y el progenitor que Rocky nunca llegó a conocer. Se ha sacado de la chistera un hombre que no ha sabido (o no ha querido) abandonar Nunca jamás, un gangsta de poca monta con más cara que objetivos reales en la vida. Vuelve a casa sí, pero no por sus hijos ni por su pasado (aunque tenga que enfrentarse a él tarde o temprano).

En una escena del film, uno de los compañeros de clase del colegio de Raukokore, pronuncia las siguientes palabras a Boy: I wish he was my father (desearía que él fuera mi padre). En realidad, para el pequeño protagonista, no son más que letras inconexas unidas por una mentira que se debe creer para no seguir decepcionándose y poder sentirse, por una vez, orgulloso de su padre.

Fotografía de Taika Waititi

Todo el mundo necesita de un héroe y no hay nada mejor que ver a nuestro padre como tal. Es lo que nos mantiene vivos y es, junto a Michael Jackson, lo que ha mantenido la esperanza de Boy en volver a tenerlo con él. Puede que por vergüenza, decide borrar el apelativo de padre por el de Shogun, un nombre ficticio para una ficticia participación en el famoso batallón maorí de la II Guerra Mundial. Alameinn consigue ser carismático, cobarde, héroe y villano a la vez. Una mezcla que Waititi ha sabido explorar y dotarla de carisma con una estupenda interpretación.

Estamos ante la segunda película de este director maorí, mezcla de una madre judía y de un padre maorí, nacido en Wellington el 16 de Agosto de 1975. Allá por el año 2007 la revista Variety ya se fijó en él incluyéndolo en la lista de los 10 nuevos directores a seguir; al paso que va, no me queda ninguna duda.

Fotograma de Eagle vs Shark

Su anterior y primera película, Eagle vs Shark (águila contra tiburón), escapaba de los cánones de las comedias románticas. No en vano, incluyó a Jemaine Clement para liderar el reparto junto con la pareja del cineasta en la vida real, Loren Horsley. Puede que el nombre de Jemaine no os diga mucho, quizás sí lo haga el dúo cómico en el que participa: Flight of the Conchords (si no es así deberíais ir al infierno por ello).

Como todo artista primerizo, su obra no es ni mucho menos redonda por completo pero sirve para ahondar en su modo de ver el mundo: desde un objetivo cómico o desde el lado tenebroso que, expectantes, mantiene sin esfuerzo nuestro interés. Es hora de volver a ésta, la carretera principal de la película. Coged todo el aire que podáis antes de que buceemos en las profundidades de su argumento.

Boy, Rocky y sus prim@s

Boy y su hermano viven en casa de sus prim@s y el mayor de los hermanos tiene que tomar las riendas de la casa. Su afición a Michael Jackson, al que anhela verlo en directo alguna vez, junto con sus esfuerzos por captar la atención de la chica que quiere, son los dos pilares en los que se sustenta. El argumento en sí no tiene grandes subidas ni bajadas. El único gran acontecimiento es la irrupción de su caricaturesco padre acompañado de dos de sus colegas. Él es el presidente de la panda Crazy Horses, ellos sus dos únicos seguidores. El desarrollo de los lazos entre los 3 adultos no consigue adquirir la dosis de cohesión que la cinta ansía. Paradógicamente, sus dos compañeros, junto con la tía, son de las pocas personas que habían trabajado como actores anteriormente. Ellos le ponen ganas pero el corazón de la trama los expulsa sin desprender por ello un sentimiento de pérdida.

Boy dando la bienvenida a su padre

El mundo de los niños y el de los adultos chocan de manera frontal en la película. A pesar de que el humor sea el hilo conductor del largometraje, la historia deja al desnudo el drama de lo cotidiano: las injusticias, la mafia, explotación infantil, amor no correspondido, avaricia… todo ello a través de unos ojos que dependiendo de las primaveras que tenga a sus espaldas, será capaz de ver más allá (siempre y cuando ese adulto sepa distinguir el mundo en el que respira).

Escena película Boy

Esas premisas no son elaboradas críticas hacia la sociedad, más bien una pequeña nota olvidada en nuestro diario. Son anotaciones superficiales a las que se les debía haber entregado mayor protagonismo y profundidad aunque entonces hubiéramos entrado de lleno en el cine de Fernando León de Aranoa; personajes marginales sin mayores aspiraciones que las de ver el día de mañana con una mueca de sonrisa como bandera. No estamos, por fortuna para la diversidad del arte, bajo la tutela del director español. Estamos ante Taika Waititi, cuyo cine podría asemejarse más a los últimos trabajos de Emir Kusturica aunque con un transfondo de juicio a la sociedad cuya balanza oscila entre el bien y el mal.

En el guión un personaje patético (desde la perspectiva de la sociedad) toma protagonismo proclamándose como guardián del puente al que Boy y Rocky suelen ir. Es un nexo de unión entre dos puntos divergentes, dos maneras de entender la vida que, quién sabe, puede llegar a separar a los dos hermanos. Dentro de su torpeza, hace describir mejor que nadie la incongruencia humana hacia los demás. No está descrito tan bien como debiera pero consigue atrapar en nuestra memoria su presencia forzándonos a la reflexión.

Boy y Rocky en el puente

La realidad es que estamos ante la película más taquillera en la historia de Nueva Zelanda y finalista en la pasada edición de Sundance. Todo el mundo habla sobre ella y a todo el mundo le gusta. Mi conclusión difiere, en parte, al entusiasmo de las masas. No pongo en duda que nos encontrarnos ante una buena película aunque sigo pensando que no se ha sabido exprimir todo su potencial. Al analizarla a fondo encontramos resquicios de brillantez pero el problema radica que en una rápida ojeada la gente pasará forzosamente por alto su contenido oculto quedándose con lo cómico de sus personajes. Aún y todo, encuentro este film original, fresco y valedor para que estemos sentados en la butaca en el próximo proyecto de Taika Waititi.

Como punto y final hablaré de Waihau Bay, el lugar donde transcurre la historia. No es lo mismo imaginarnos un sitio que haber estado allí. No es lo mismo oír hablar de maoríes que haber compartido techo y haber participado en sus costumbres, incluidas las de caminar descalzo.

Simpática escena de la película Boy

La historia transcurre en la East Cape y comoserunkiwi siempre podrá presumir de haber estado allí. Podrá cerrar los ojos y recordar su paso por aquel puente de esperanza.

Fotografías | pastemagazine, impawards, thecia, sphotos, filmtrailer, reviewfix, imgobject, filmcaptures, gkids, bucklesemporium y bloximages

 

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