El lago Taupo de Nueva Zelanda y sus actividades
Por Taupo es el centro de operaciones de todas las actividades de aventura, algo así como el Queenstown de la isla Norte de Nueva Zelanda. La ciudad descansa a la orilla del lago más grande de Nueva Zelanda, del mismo nombre, compartiendo interés en los turistas junto por situarse en un terreno volcánico. No en vano, una explosión volcánica en el año 186 a.c. fue el artífice de que este lago de 619 kilómetros cuadrados exista. A su alrededor, las montañas Tongariro, Ngaruhue y Ruapehu todavía activas.
Una playa de arena nos acompaña en toda la recta de la entrada principal. A mitad de ella veremos cómo unos intrépidos intentan hacer un hoyo en uno sobre un green flotante situado a 30-50 metros. Desde aquí mando un abrazo muy fuerte al pobre hombre que día tras día (haga sol, lluvia, nieve o granice) recoge las bolas con el agua llegándole a veces hasta el pecho. ¡Por un trabajo digno! Solidaridad con el “buscabolas”.
El camino que nos lleva a Taupo merece la pena por sí solo. Rodea todo el lago (la distancia entre Turangi y Taupo es de unos 50 km) y aunque recorrer todo es una tontería a no ser que pasemos dos veces y vayamos por un lado para volver por el otro, no deja de maravillarnos. Encontraremos multitud de áreas de descanso que servirán para contemplar el paisaje, llenar el buche con las “delicatesen” que un backpacker se pueda permitir y asegurarse que el venir a Nueva Zelanda ha sido una decisión más que correcta.
Es increíble lo hermoso que es Tongariro National Park cuando lo vemos desde la distancia, calmado, ofreciendo la mejor de sus caras para que le hagamos un “robado” de su silueta. Comparándolo con un día de tormenta en las cercanías de sus ardientes tripas, cuando el sol despeja cualquier molesta nube, parece un dulce y juguetón cachorro de león. De esos a los que es imposible no querer acunar en nuestras cuidadas manos.
Se nota estar fuera de temporada a la hora de buscar alojamiento, sin ser verano ni llegar a ser época de esquí. No será difícil obtener alguna rebaja en el precio, siendo muy de agradecer para personas como tú, como yo, cuyo objetivo es ver y hacer lo más posible gastando lo mínimo. Digamos que es la base de quien guste viajar. Mejor privarse de caprichos durante un viaje y gastarse lo ahorrado en un segundo.
En esta vida hay tiempo para reír, llorar, disfrutar o malgastar. Dependerá el lado al que miremos para que la corriente nos lleve a uno de sus extremos. Dado que estamos más a gusto y felices al amparo del sol, guiñémosle una sonrisa al lado de un buen acompañante. Nunca se sabe cuándo puede que llegue la tormenta, mejor estar preparados con el paraguas bien abierto, con una de esas sonrisas que hasta las maltrechas encías hace bellas.
En Cómo ser un kiwi | Sky dive en Taupo – Caída libre y sin frenos
