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Kepler Track desde Control Gates en Te Anau – Dia 1

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Durante días desaparecido, Kiwi Jones resurge de sus cenizas para contaros su última experiencia. En esta ocasión toca hablaros del Kepler track, un recorrido de monte de 60 km de longitud cuya salida esta ubicada en Te Anau. A la hora de realizar los tracks deberemos tener en cuenta varios factores y dos de las decisiones más importantes será elegir entre dormir en tienda de campaña o refugio y por otra parte la duración del mismo. Kepler esta ideado para afrontarse en 4 días pero en mi caso, al igual que mucha gente, elige hacerlo en tres. Al ir solo, por el sobrepeso y por el hecho de que hacía falta comprar una tienda de campaña, los refugios han sido mi cobijo al caer la noche.

Estamos ante un trayecto circular y aunque se puede hacer por ambos lados, la gran mayoría elegimos empezar tal y como véis en el perfil del recorrido, desde Control Gates (el parking) dirección Luxmore Hut (hut = refugio). La primera parte es muy suave, un paseo tranquilo entre árboles y helechos que busca algún cambio en el paisaje acercándose a veces acarameladamente al lago Te Anau en alguna de sus pequeñas calas. En hora y media llegamos a Brod Bay, primer contacto serio con las sandflies, unos bichejos muy queridos por los montañeros.

A partir de aquí el terreno se endurece y deberemos afrontar una subida constante que nos hará sufrir de lo lindo. Son 2-3 horas de ascensión salvando un desnivel de 800 metros aproximadamente. Será entonces cuando abandonaremos la arboleda y nos encontraremos en campo abierto, instante para darnos cuenta de lo andado hasta ese momento. La fauna y flora en Fiordland National Park es abundante, dato que me lleva a deciros que será fácil pararnos durante el camino para ver y fotografiarla.

Una vez llegados a este punto es cuando nos podemos relajar y tomarnos las cosas con calma. Veremos una señal que nos indica 45 minutos hasta el refugio y el piso en esta altitud es ligerísimamente ascendente, fácil de andar por lo que nuestras piernas lo agradecerán. El viento sopla con algo de fuerza a esas alturas y la mayor parte del camino lo haremos en fila de a uno por lo estrecho de la calzada (construida a base de madera expresamente para el montañero).

Por fin llegamos a Luxmore hut, situado a 1085 metros del nivel del mar en un eclave privilegiado. Desde sus balcones se pueden ver las montañas afiladas de los Fiordos que nacen del lago Te Anau. Ahí arriba todo es silencio, roto si acaso por el viento que busca alguien con quien conversar. La instalación dispone de 55 literas, cocina de gas y electricidad en el comedor. Aquí será el lugar propicio para conocer a nuestr@s compañer@s de viaje. Todo el mundo habla alrededor de la mesa después de comer creándose pequeños grupos de personas tan variopintas como interesantes. Desde familias con niños de 5 años a mujeres cercanas a los 70. Aprovecho para quitarme el sombrero ante esas personas mayores que aguantan andando 7 horas diarias con la comida, saco de dormir y ropa tirando de su espalda dentro de sus enormes mochilas.

Aquí es donde aparecen dos nuevos personajes, una pareja de holandeses cuya amueblada cabeza contrasta con su temprana edad de 19 y 20 años respectivamente. Sus mentes, más abiertas que las nuestras a los 40 debido a sus precocez viajes alrededor del mundo con miles de vivencias.

Tendremos muchas horas libres allá arriba si hemos iniciado pronto la aventura, así que no nos costará nada acercarnos a las Luxmore Caves (cuevas de Luxmore), apenas 10-15 minutos. Para adentrarnos en su interior será necesaria una linterna (aunque por precaución nos avisan de llevar dos por persona). La longitud de las cuevas ronda el kilómetro pero a los pocos metros de su entrada, cuando sin encender la linterna nos encontramos totalmente a oscuras, la galería se estrecha hasta el punto de ser necesario reptar por ella. Aquí cada cual verá cuál es su límite o su interés en descubrir este mundo inexplorado. Por mi parte, no mostraré ninguna imagen para dejarla en el anonimato.

La noche se va y nos disponemos a ver amanecer. Un día soleado, sin nubes en el horizonte. Mi suerte sigue intacta. Condiciones idóneas para recapacitar:  Hoy es el primer día del resto de mi vida.

Kepler Track desde Luxmore Hut – Dia 2

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