El fiel escudero

Hallábase sitiado un valeroso caballero, de nombre Busco un viaje, quien, rodeado por una caterva de viajeros enfurecidos, oteaba a la plebe con mirada condescendiente. Acusábanle de no tener soluciones para organizar sin complicaciones lo que, para ellos, dábales el aliento, otorgábales la vida; ese tesoro llamado viajar. Su fiel escudero, un kiwi que en caso de amansar a aquellas fieras optaría a un sorteo que llevaríalo a los brazos de una sirena adormecida bajo el embrujo de un antiguo territorio de vikingos, apellidado Dinamarca, enfrascóse en una cruenta batalla. Obligado estaba por una promesa a su amada.

El humilde ave subióse a una tarima y dirigióse a los expectantes espectadores. Al principio con voz queda, casi afónica, para después tornarse enérgica y convincente. Hablóles del honorable hidalgo, de su facilidad para descubrir rutas inexploradas gracias a su buscador de viajes y a su recomendador de destinos totalmente personalizable, secundados, ambos, por las mejores agencias especializadas.

Calmóse la muchedumbre en parte, mas lanzóse en certera estocada hacia ellos con un clarividente mensaje. Aquellos lectores que comentaran con astucia el presente artículo, entrarían en un sorteo de un cheque descuento de 250 euros para similares hazañas.

El ave sintióse satisfecho, con el deber cumplido como en aquella escaramuza en el Travel Blogger´s Meeting de Gredos (TBMGredos), donde batióse en duelo empuñando su presentación de Nueva Zelanda en la siniestra. Sin Busco un viaje no hubiera podido cabalgar por la serranía. Debíale una a su mentor.

Bases del sorteo