Introducción

Puede que las casualidades existan, que convivamos con alguien que vele por nosotros ahí arriba o a nuestro lado sin que la mirada, que una vez fue inocente, puedan dar con su presencia. Lo que está claro, al igual de que la calvicie tarde o temprano acabará por encontrar mi puerta, es que la manera de descubrirlo pasa inexorablemente por dar un paso al frente y observar el nuevo horizonte que está por explorar, dado que lo que dejo atrás huele a podrido.

La finalidad de este blog es difusa, como la espesa niebla que encontraré a mi primera parada. Por un lado servirá de estímulo a aquellas personas que, como yo, se encuentren en un momento de sus vidas en el que necesitan un pequeño empujón para hacer lo que realmente quieren. Otros visitarán la página una vez a la semana (la que se acuerden, si no al mes, que tampoco hay que exigirles demasiado) por el mero hecho de que conocen a este viajero dominguero y quieran conocer sus desventuras. La mayoría, en cambio, entrarán únicamente porque a través del buscador (mediante IE, un zorro rojo o algún cromo recién salido del horno) hayan encontrado la información que buscaban y se habrán ido siendo tan anónimos como los fríos cadáveres de prostitutas que dejó tras de sí nuestro querido Jack. Un tipo que por cierto carece de apellido, no como el escocés Daniels, con el cual brindaré a mi llegada a Nueva Zelanda. A tu salud, querid@ lector; permíteme, eso sí, guardar para mis adentros el verdadero propósito y céntrate en objetivos más gratificantes para con tu persona.

Atrás dejo a personas. Amig@s que una vez lo fueron y dejaron de serlo, gente que por circunstancias se han acercado a conocerme y de lo cual me alegro. Amores, desamores, familiares, miedos e insatisfacciones quedan rezagados en una carrera que dura toda la vida y no se reduce meramente a una etapa como otros muchos parecen creer. A quienes de verdad les importo sé que podré contar con ell@s a la vuelta, no penséis que olvidaré vuestras feas caras tan fácilmente.

A todas aquellas personas que hice daño en el pasado, mis más sinceras disculpas. La madurez es un proceso lento al cual hay que adaptarse a la vez que ir venciendo los miedos. En especial a ti, si alguna vez llegas a posar tus ojos claros sobre estas líneas, te pido perdón. Espero que tus enseñanzas sirvan de igual modo me sirvió a mí a crecer como persona.

Este es el comienzo del viaje, un recorrido que me llevará desde Barañain (venga ya, ¿me vais a hacer deciros su ubicación? Usar google maps y dejaros de rascar las barriga!) a algún lugar recóndito de Nueva Zelanda haciendo escala en Londres y Dubai. La fecha se acerca, apenas faltan 7 insuficientes días para mi marcha y debo atar todos los cabos. Siguiente entrada, búsqueda de vuelos.